15 jun 2008

Cómo se tomó la foto del hombre en la Luna

La fecha: 20 de julio de 1969. Hace casi cuarenta años.

Mucha gente de mediana edad aún recuerda dónde estaba cuando se emitieron las imágenes en directo desde nuestro satélite natural a todo el mundo. Más de 500 millones de espectadores siguieron esta transmisión televisada en directo.

Neil Armstrong, comandante del módulo lunar Eagle (“Águila”), fue el primer hombre en poner pie en la luna. Poco después lo seguiría su copiloto, Edwin "Buzz" Aldrin. Una de las tantas fotografías memorables registradas en ese momento fue precisamente la de Aldrin, representando lo que era en aquel momento: un hombre solitario en un planeta extraño.

Desde entonces esta imagen ha sido impresa millones de veces en miles de contextos. Ha aparecido, entre otros tantos lugares, como portadas de publicaciones de fama mundial, como la revista TIME y la National Geographic. Observemos la fotografía otra vez y conozcámosla.

He aquí el fotograma entero:




















Un astronauta de pie en el centro. Sobre su cabeza, la infinita oscuridad del espacio. Un horizonte lunar sugestivamente redondo y en descenso, se aprecia a través del visor espejado. Se refleja allí también el instrumental desperdigado en la superficie, al fotógrafo, la sombra del sujeto principal y el módulo lunar mismo.

Si observamos la foto de cerca, apreciaremos varias cruces. Estas son producidas por la placa de enfoque graduada tipo Reseau integrada en la cámara, que la convertían también en un instrumento óptico de medición.

La toma fue realizada casi directamente contra el sol, y aún así está perfectamente expuesta. Está enfocada nítidamente y los colores son brillantes, a pesar de la luz dura. En primer plano vemos pisadas, mientras que parte del chassis del módulo lunar aparece en la esquina inferior izquierda. Esta es la única toma en que aparecen ambos astronautas. Es también la única fotografía en la que Neil Arstrong puede fotografiarse a sí mismo en la luna, al verse reflejado en la escafandra de su colega.

Neil Armstrong tomó esta fotografía empleando una cámara de formato medio de origen sueco Hasselblad Data. Esta "cámara lunar" no era otra cosa que una Hasselblad 500EL especialmente modificada para la ocasión: se la selló especialmente y se le cambiaron los lubricantes por otros más complejos. También se le cambió el color por un acabado blanco para evitar el exceso de calor y radiaciones infrarrojas que podrían velar la película. Es que como la mayoría de las cámaras de formato medio comerciales, este modelo de Hasselblad portaba película 6x6 (70 mm) en un respaldo que podía desprenderse y cambiarse por otro. En la luna se emplearon materiales blanco y negro y a color (montadas en diferentes respaldos), de marca Kodak, que habían sido cargadas en sus respectivos respaldos ya en la tierra.

Al regresar a la Tierra, los astronautas del programa Apollo XI conservaron los respaldos que contenían la película con los fotogramas, y descartaron cámaras sobre la superficie lunar, para alivianar peso en su retorno. En total, y sumando todas las misiones Apollo que llegaron a nuestro satélite natural, quedaron tiradas sobre el polvo selenita unas 12 cámaras Hasselblad Data con sus objetivos Carl Zeiss Biogon f/5.6 de 70 mm.

Una vez que el Apollo XI hubo retornado, se procesó los rollos en laboratorio y las imágenes se transmitieron a todo el mundo. La cámara se hizo tan famosa como los históricos astronautas que las realizaron. Desde entonces, ninguna misión tripulada norteamericana ha sido lanzada sin una cámara Hasselblad a bordo.

Todos se sorprendieron por la excelente calidad de imagen. De pronto, la fotografía se convirtió en una de las principales actividades a bordo de las misiones espaciales, y estos fotogramas, en los más famosos entre los resultados de las misiones lunares.

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